Así me ve mi hijo Diego |
Mi primer trabajo remunerado fue en un gabinete de prensa. Estaba en tercero de carrera y, la verdad, en la Facultad no habíamos visto absolutamente nada que tuviera que ver con ese lado de la profesión. De modo que los conocimientos y técnicas que apliqué fueron las que me dictaron la intuición y el sentido común. Creo que acerté porque, antes de un mes, la competencia me lanzó una oferta y a los dos meses recibí una más, de otra organización de la competencia también. Rechacé ambas, perdiendo bastante dinero.
Y así, mi hijo Carlos |
Hasta entonces había estado trabajando de prácticas en radio, no remuneradas y costeándome la estancia en la ciudad. ¡Era joven y romántica! Aquellas prácticas (no remuneradas, como decía) y aquel primer trabajo me han traído hasta aquí.
La crisis económica se está llevando por delante un montón de puestos de trabajo de periodistas. Los que se quedan en paro se suman a los licenciados que cada año salen de las facultades de Periodismo y Comunicación. Se cierran medios y el trabajo escasea.
Creo que en una situación así, la opción de trabajar como freelance o autónomo, o contar con uno de ellos, si se es empresa, debe ser una posibilidad a tener en cuenta. La tecnología hoy pone al alcance de cualquiera medios suficientes como para realizar un buen trabajo profesional.
Tradicionalmente, la prensa escrita siempre ha contado con freelance. Habitualmente eran los fotógrafos los que tenían este estatus porque trabajaban para varios medios o empresas. Después han sido redactores especializados en algún tema los que se han inclinado por esta opción laboral.
Y hoy, creo que los periodistas que quieren o se plantean trabajar en un gabinete de prensa deben considerar también esta posibilidad, junto al resto. Es la manera de meter la cabeza, de estar dentro de la rueda del mercado laboral.