miércoles, 14 de diciembre de 2011

Decálogo del (buen) jefe de prensa

La labor de un jefe de prensa se sustenta sobre la relación de confianza que la persona que ocupa ese puesto mantiene con los periodistas de los medios de comunicación. Desde esta perspectiva, el marco debe estar dibujado por los siguientes principios:

1º) Conocer personalmente a los periodistas con los que se trabaja

2º) Ponerse siempre en el lugar del periodista del medio

3º) Tratar a todos los medios por igual: no discriminar a ninguno

4º) Ser un facilitador de información y no un muro de contención

5º) Dar los datos objetivos, no inflar la información

6º) No dar nunca información falsa

7º) No dar exclusivas

8º) Contestar todas las llamadas y mensajes: ponerse siempre al teléfono

9º) Facilitar la información que se solicita lo antes posible

10º) No dar nunca por perdidos ni una relación ni un tema


8 comentarios:

  1. Precisos y muy oportunos. Excelente descripción. En el caso de no dar exclusivas, existen jefes de prensa que informan a los medios como "fuentes que pidieron no ser identificadas" lo que contribuye a esa discriminación a la que te refieres en el punto tres. Es una realidad que todavía existe y que se ha profundizado en los últimos años a raíz de la expansión de Internet: antes era ganar la guerra por obtener una exclusiva para la información en papel o en el telediario, ahora es por lanzarla primero al ciberespacio.

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  2. Gracias Rebeca. A la larga, las exclusivas que salen de un gabinete de prensa sólo generan problemas.

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  3. Uf... pues yo me sé de algunos que tienen listados de "periodistas VIP" y "periodistas de segunda"... alucinante

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  4. Claro, conciso y concluyente. Explicado con diez puntos de forma brillante.

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  5. Hola Rosa, me gusta, enhorabuena. Me parece un buen punto de partida, pero no siempre todo es blanco o negro, y los puntos 5 y 7 me parecen demasiado categóricos. Me explico: los datos muchas veces requieren de interpretación, no basta con servirlos objetivamente, y esa interpretación es subjetiva, lo que no quiere decir que sea falsa. En mi opinión, como los diez mandamientos, este decálogo se puede resumir en uno: tener al periodista como un compañero y no mentirle nunca.
    Respecto a las exclusivas, creo que en temas importantes, de calado, no se han de dar, porque debes tratar a todos los medios por igual. Pero a veces hay temas que sí puedes dar a un solo medio porque sabes que así lo va a sacar mejor y que a lo mejor los otros no lo darían. Creo que todos tenemos ejemplos de ello.
    Es que el decálogo me ha gustado, pero a veces creo que en este trabajo nuestro se ha de ser más flexible que categórico. Un abrazo,

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  6. Las malas prácticas han sido muy comunes. No sé si lo seguirán siendo en el futuro. Por eso he querido plasmar con unas pocas palabras mi experiencia. Creo que recogen el espíritu y la actitud que debe tener un responsable de prensa. Ese ha sido mi objetivo.

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  7. Hola Rosa!

    De acuerdo en todo con el matiz de las exclusivas. Más bien diría, desde mi experiencia no tan dilatada como la tuya al frente de un gabinete de prensa, que darlas únicamente por motivos muy justificados y con ecuanimidad. Es decir, no centrada en un periodista o un medio. También constituyen -ya digo que muy justificadas- una forma de colaborar con el periodista o con la exigencia cada vez mayor que tiene por parte de sus jefes de conseguir exclusivas. Saludos y gracias por tu clara aportación

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  8. Las exclusivas son un arma que carga el diablo. Por supuesto, otra cosa es cuando un medio propone o va detrás de un tema... a iniciativa suya, no del gabinete de prensa. Al hilo de esta cuestión de las exclusivas, me pregunto... ¿no habrán influido también en el hecho de que cada vez menos periodistas (por no decir ninguno) va a las ruedas de prensa?

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